miércoles, 1 de septiembre de 2021

Mi cuidado de la uñas estriadas y quebradizas

 Buenas tardes

Siempre según mi experiencia, os contaré lo que he descubierto en relación con el cuidado de las uñas. 

Mis uñas son muy blandas, casi parecen de papel, y el motivo no es ni más ni menos que la herencia, pues en mi familia tengo antecedentes de este tipo de uñas, que crecen con rapidez pero son tan blandas que , en cuanto crecen unos milímetros se pueden doblar, al más mínimo impacto, hacia atrás, provocando una sensación más bien desagradable. Esto no ha sido un problema mientras las he tenido en buen estado, pero como todo en la vida sigue su curso y su evolución, llega un momento en el que no tienen la misma salud ni el mismo buen aspecto de la juventud. Con más de 50 años he observado que cada vez son más estriadas longitudinalmente y también con alguna hendidura horizontal, volviéndose cada vez más quebradizas, con lo que no he podido llevarlas, desde hace algunos años, ni siquiera un poquito largas, para poder lucir mejor el esmalte y que la mano luzca más estilizada.  

Buscando soluciones para uñas estriadas, y sospechando que pudiera tener algún tipo de problema como por ejemplo hongos, encontré un consejo de toda la vida, pues recuerdo haberlo leído en revistas en más de una ocasión. 

Consiste en realizar un baño de aceite de oliva, con un procedimiento que puede cambiar en ciertos detalles pero que consiste básicamente en lo siguiente:

  • Llenar un recipiente de aceite de oliva, templándolo un poco, con el tamaño y forma adecuada como para poder sumergir las uñas, las diez al mismo tiempo o las de una mano, llevando a cabo el proceso una después de la otra (en la era del teléfono móvil quizá sea más practicado el baño alternando las manos). Yo utilizo una taza de aquellas antiguas que eran anchas y bajas, con asa, por su forma y tamaño, muy adecuado para este fin. 
  • El siguiente paso es sumergir las uñas durante un tiempo que, según los consejos o webs que leáis, puede oscilar entre 5 y 15 minutos. Yo las tuve sumergidas unos diez minutos. 
  • A continuación se recomiendan varias opciones:
  1.  Lavarlas con agua fría, lo que es muy práctico si vais a necesitar tener las manos limpias y sin sensación grasa. 
  2. Limpiarlas con un pañuelo de papel, sin lavar, si os vais a meter en la cama, lo que favorecerá que el efecto quede reforzado durante la noche.
  • En cuanto a la frecuencia podéis leer recomendaciones sobre tratamientos de choque, que consiste en hacer el baño de aceite de oliva durante 15 días y después continuar haciéndolo una vez por semana; llevar a cabo este tratamiento dos veces por semana; cada quince días, etc. 
  • Mi pauta será de una o dos veces por semana, que es lo que he hecho desde que descubrí en la práctica este remedio que data de mucho tiempo atrás. 
  • Otra de las pautas que seguiré, y que también es ampliamente recomendada, será la aplicación de unas gotas de aceite de oliva en las uñas, con o sin la aplicación conjunta de la crema de manos.
  • En internet podéis encontrar otras fórmulas junto con el aceite de oliva, por ejemplo, zumo de naranja o limón, ajo o aloe vera. Hay opciones diversas según el problema que tengáis, pero para mí el producto estrella es y será el aceite de oliva. 
Los resultados han sido palpables desde el primer baño, ya que, según he observado, las uñas, al estar más hidratadas, no se rompen con tanta facilidad, por lo que han crecido hasta cinco milímetros sin romperse. Como es lógico, para que se renueve toda la superficie de la uña ha de transcurrir un tiempo, en mi caso un mes aproximadamente, en el que espero que mejore la textura de la uña, pero la flexibilidad y la hidratación mejora inmediatamente. 

Por supuesto habrá que tener en cuenta que, según os podéis informar, el aspecto de las uñas revela distintas enfermedades, como anemia, falta de vitaminas, hongos, y muchos otros problemas, por lo tanto cada persona determinará si tiene que consultarlo al médico o dermatólogo, pero, también según distintas webs consultadas, en la mayor parte de los casos, la presencia de estrías longitudinales y uñas quebradizas a cierta edad son la consecuencia del paso del tiempo, al igual que la piel se va resecando y necesitando más nutrición e hidratación, a las uñas les ocurre algo parecido.
En mi caso concreto ha favorecido la aparición de este problema el hecho de que no utilizaba la crema de manos en las puntas de los dedos para evitar el tacto graso tras la aplicación de la crema y, a la larga, unido al paso de los años, las uñas han hecho evidente la falta de cuidados. Desde que uso la crema generosamente en las uñas, masajeándolas bien con el producto, he comprobado, para mi sorpresa, que la crema "desaparece" de la superficie de la uña incluso cuando en la piel aún tengo el tacto húmedo o grasiento de la crema. Esto demuestra cómo las uñas absorben el producto porque, evidentemente lo necesitan. 
El uso del esmalte de base o el endurecedor no me ha ayudado a paliar el problema, pues los productos químicos de este tipo no aportan hidratación sino que resecan la superficie de la uña, y es por esta razón que espaciaré el uso de esmalte, al menos hasta que haya mejorado el aspecto de mis uñas. 
He comprobado que el aceite para cutículas que uso, cuya fórmula tiene principalmente parafina líquida (aceite para bebés y otros cosméticos) también tiene un efecto parecido, pero no puede ser igual porque, tal y como nos dijeron en una charla sobre cosméticos de un conocido supermercado, los aceites vegetales penetran en la piel y en las uñas, mientras que los aceites minerales forman una capa más o menos impermeable que constituye una barrera que evita la deshidratación, pero no penetran bajo la superficie de la piel o de las uñas. 
En fin, resumiendo, os recomiendo que hidratéis las uñas y realicéis tratamientos como el baño de aceite de oliva para mantener o recuperar su brillo, fortaleza y flexibilidad.