lunes, 27 de febrero de 2017

El Foulard grande Multiuso


El Foulard grande, uno de tus indispensables


Buenas, hoy os voy a hablar de uno de esos artículos que, por tener muchos usos de lo más prácticos y ocupar poco espacio, merecen que les dediquemos unos minutos en este blog, y que les hagamos un sitio en nuestro bolso equipaje o mochila. 

 En la época en la que más han estado de moda he aprovechado para comprarme uno por pura necesidad, como por ejemplo, el hecho de que un día no tengo nada más a mano para abrigarme el cuello, pero con el tiempo le veo cada vez más usos a este artículo tan multifuncional. 

  • Comencé a utilizarlo simplemente enrollado alrededor del cuello para no pasar frío. Abriga bastante aunque no sea uma bufanda porque al ser de gran tamaño, sus pliegues forman una cámara de aire que además, al ser de tejido suave, es muy agradable al tacto. 
  •  Después llegó el verano y le encontré otro uso que es el de chal, con lo cual me siguió acompañando durante las noches veraniegas para resguardarme del fresco de las noches estivales. 
  •  Es curioso que, según he comprobado, si lo llevo bien dobladito en una bolso pequeño, cabe perfectamente hasta el momento de utilizarlo (cuidado al sacarlo por si se te sale alguna otra cosa enredada en el foulard). También se puede llevar atado al asa del bolso
  • Recuerdo una tarde que iba paseando por las afueras de la ciudad cuando de repente se puso a llover... pues ahí estaba el foulard para taparme con él lo justo para no empaparme con el inoportuno chubasco hasta que refugié en un portal. Si no es muy intensa la lluvia, puedes ir andando con él tapándote cabeza y hombros hasta que llegues a tu destino. 
  • Durante un viaje en el autobús conseguí sujetarlo con fixo sobre el cristal de la ventana para no sufrir la acción de los intensos rayos solares, lo cual no habría logrado de otra forma, al estar la cortina inutilizada. 
  • Hace unos días fui con un amiga a una fiesta medieval, y, como llevamos nuestro propio bocadillo y bebidas, nos dispusimos a comer en uno de los merenderos del paseo de la entrada del pueblo. Normalmente no se acumula el polvo en las superficies del exterior de las viviendas, pero hacía poco tiempo que había llovido barro, o algo muy similar, pues la calima de polvo del Sáhara se había precipitado sobre ese punto de la región de forma bastante generosa. Es bueno, son minerales para el suelo, decía un amigo mío. Pero, como mi comida creo que ya tenía los minerales que mi cuerpo necesita, no me quería comer los que estaban previamente en la mesa, así que puse mi foulard a modo de mantel y comimos sin llenar de tierra la comida ni la ropa ni los brazos. 
  • Otro posible uso es cuando de repente llevas algo que es demasiado conspicuo y deja que se nota lo que no se tiene que notar, o quizá es que es demasiado transparente... pontelo simplemente por encima de adorno y problema resuelto.
  • También lo he utilizado de pareo en la piscina, va perfecto si lo atas al cuello o bajo los brazos. 
  • En caso de emergencia se puede utilizar como hatillo para llevar cosas en él, como las antiguas bolsas improvisadas que tan bien te pueden sacar de apuros.
  • Un uso más: cuando te canses de llevarlo encima o lo reemplaces por otro, siempre lo puedes poner sobre un sofá o sillón viejo para tapar defectos o manchas. 




Aquí os dejo un enlace en el que podéis ver instrucciones muy detalladas sobre el uso del pareo.


Hasta otro rato.

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