Después de más de veinte años utilizando cosmética tradicional, o sea, de la que podemos encontrar en cualquier droguería o supermercado, he tomado la determinación de dejarla para muy pocos usos, como alguna crema de manos o algo de vaselina en los labios o en las durezas de los pies, aunque estos también van encontrando sustitutos.
Cada vez que pienso en las decenas de frascos de hidratantes corporales que mi cuerpo ha absorbido pienso irremediablemente en el efecto que causarán todas esas sustancias químicas en una persona. Estoy segura de que no son inocuas.
Todo comenzó una tarde de verano en la que hacía tanto calor que lo último que me apetecía era poner cualquier tipo de sustancia sobre mi piel. Pensé, influída como siempre por la publicidad en favor del pánico al envejecimiento y del consumo imparable de cosmética industrial, que mi piel se resecaría y envejecería a marchas forzadas poco tiempo después de que se pasara el efecto de la última ración de grasas derivadas del petróleo y una lista larguísima de ingredientes químicos de efecto desconocido.
Mi sorpresa fue enorme cuando comprobé, con el paso de las horas, sobre todo a partir de las siguientes 24 horas aproximadamente, que me sentía más enérgica y ligera y que no tenía esa pastosidad en la lengua que me acompañaba siempre. Algo estaba pasando. Después he sabido que mi cuerpo se estaba desintoxicando. Eso era, pero entonces no estaba segura de si era debido a que mis poros respiraban libremente... por primera vez en muchos años. En un principio creí que era casualidad y podía ser debido a otras cosas relacionadas con ejercicio o alimentación, que también son muy importantes, por supuesto, pero no se ha producido ningún cambio en estos aspectos.
Hice varias pruebas cambiando cada tres días: tres días con cremas corporales y tres días sin ellas, después dos días con crema y tres días sin ella y tras varios semanas así puedo decir que he comprobado empíricamente que el cambio tras dejar la cosmética industrial, aunque queden algunas parcelitas con ella, ha sido muy positivo y no hay duda de que muchas cosas han mejorado en mí tras esta decisión.
Los cosméticos que utilizamos habitualmente contienen ingredientes que, lejos de ser inofensivos, cada día son más las voces que alertan sobre sus nefastas consecuencias para la salud. La parafina y otros derivados del petroleo como la vaselina, con sus distintas denominaciones que podemos ver en las etiquetas, tienen efectos adversos para la propia piel y para la salud en general. Estas denominaciones son, entre otras
- parafina líquida
- paraffinum liquidum
- vaselina
- aceite mineral
- aceite blanco medicinal
- ceresin
- ozokerite
- petrolatum
- cera micro-cristalina, etc.
El paso siguiente es, como no puede ser menos, la sustitución de los productos normales o más habituales por otros más naturales y que no contengan esas listas de ingredientes que hemos estado absorbiendo a lo largo de años.
Todas esas cremas que he utilizado de las que todas podemos encontrar en las droguerías, supermercados y farmacias a lo largo de más de veinte años, mal aconsejada por revistas y página web que lo único que hacen es publicidad sobre productos que ahora rechazo, como hacen cada vez más personas, por haber comprobado por mi experiencia, es decir, en mis propias carnes y con efectos palpables, literalmente, el perjuicio que suponen para la piel y para la salud e incluso para el bienestar en general.
Al dejar de utilizar estos productos he pasado por un período de crisis, por expresarlo de alguna manera, ya que la piel, habituada a productos que anulan su propia capacidad de proporcionar lípidos naturales, responde con un estado de sequedad extrema durante un período de dos meses aproximadamente en mi caso. Y eso a pesar de que inmediatamente sustituí mis cremas corporales por aceites vegetales y cremas realizadas en casa que son infinitamente mejores que la inmensa mayoría de los productos que podemos adquirir habitualmente.
Al final ha llegado el momento en el que tengo una sensación de confort absoluto en la piel con el uso de aceites vegetales y alguna crema casera que he encontrado en internet.
Hay montones de recetas de cosmética casera, fácil de hacer, barata y de muy buenos resultados en la piel.
Una de las cosas que he notado es que no tengo tanta pesadez de piernas, ha mejorado la dermatitis, tengo más energía y ha disminuido la celulitis aunque esto último pueda parecer increíble.
¿Cuál es la causa de que los derivados del petroleo perjudiquen la piel y la salud en general?
La parafina y otros derivados del petroleo forman una capa oclusiva similar a una capa plástica que impide que la piel cumpla una de sus funciones naturales, que es la eliminación de toxinas, por consiguiente podemos sufrir los efectos de la acumulación de toxinas en el cuerpo, entre los que se encuentran:
- fatiga
- aumento de peso
- mal aliento
- estreñimiento
- sensibilidad a los olores
- dolores musculares
- reacciones de la piel
- dolores de cabeza
- exceso de grasa en el vientre
- congestión nasal
- distensión abdominal
- lengua blanquecina o amarillenta.
Una de las causas de la aparición de celulitis es la acumulación de sustancias tóxicas y una de la formas de favorecer su disminución es facilitar la eliminación de toxinas. Por ello, lo peor que podemos hacer es poner sobre nuestra piel cosméticos que obstruyan los poros, formen una capa oclusiva y dificulten la función natural de la epidermis.
Se habla mucho de los parabenes y del aluminio y de sus efectos negativos. Pues bien, toda sustancia que tenga consecuencias perjudiciales para la salud, si ponemos un componente oclusivo que dificulte que pueda ser eliminada fácilmente, esto hará que se multipliquen sus posibles daños en el organismo. Por lo tanto considero que lo mejor es eliminar del neceser y del baño productos que tengan cualquiera de las dos cosas, tanto la parafina u otros derivados del petróleo como los famosos parabenes y aluminio.
Por todos estos motivos he tomado la decisión de cambiar mi manera de cuidar la piel y he comenzado a desterrar de mi rutina cotidiana los productos que permanecen en contacto con la piel y que puedan contener tóxicos que me puedan causar efectos adversos para la salud.
El aceite de coco es un alimento para el cuerpo y para la piel. Me centraré en sus propiedades para la piel y el cabello. Se puede utilizar como hidratante corporal y facial, incluso para las pieles con acné ya que es bactericida. Por esta misma propiedad puede utilizarse como desodorante, solo o con otros ingredientes.
Para el cabello tiene varios usos que lo hacen apto para distintos tipos de cabello. Para cabellos con caspa disminuye ésta si impregnamos el cuero cabelludo y lo dejamos un par de horas y lavándolo a continuación del modo habitual. También puede usarse para mejorar el aspecto de la melena, nutriendo el cabello si lo ponemos en las puntas y después lo lavamos como de costumbre. Por ahora lo he probado para el rostro y es muy hidratante. Será uno de mis básicos de cosmética natural
El aceite de almendras es mi nueva hidratante corporal. He tomado la decisión de no utilizar más las cremas y lociones corporales que contienen parafina, ya que descubierto, leyendo sobre ello y por experiencia propia, sus efectos adversos.
La parafina es un ingrediente muy barato que, sin embargo, es utilizado incluso por marcas caras de cosmética. Es oclusiva ya que bloquea los poros formando una película plástica que impide a la piel realizar sus funciones normales de excreción de sudor y sustancias de desecho. Por lo tanto, puede aumentar la presencia de toxinas en el organismo y los síntomas de estas toxinas. Podéis encontrar miles de páginas webs sobre ello, siempre es lo ideal que recurramos a diferentes fuentes de información. Las toxinas que podemos tener en exceso por distintas causas como mala alimentación, falta de descanso etc, también aumentan en el organismo a causa de los cosméticos que usamos a diario. Pensemos que todo lo que contenían las decenas de frascos que hemos utilizado lo ha absorbido ¡nuestro cuerpo!
Seguiré editando esta entrada pero de momento os digo que desde que he comenzado a usar aceite vegetal de almendras en este caso, he notado un sudor menos fuerte y menos cansancio, aparte de que mi piel permanece suave más tiempo sin el efecto de rebote que tienen las lociones comerciales, que aumentan la necesidad de cremas porque dejan la piel sin su lubricación natural.
Un saludo